El Valle de Ferganá es la cara más verde, fértil y artesanal de Uzbekistán.
Después de recorrer los desiertos infinitos de Jiva o Bujará, llegar aquí es casi un shock: montañas al fondo, campos de algodón, huertos y mercados llenos de frutas y vida local.
A pesar de ser una de las regiones más pobladas y antiguas del país, el Valle de Ferganá sigue siendo poco visitado por viajeros internacionales, lo que lo convierte en un destino auténtico y lleno de carácter.
En esta guía te contamos qué ver en el Valle de Ferganá, cómo llegar, las mejores excursiones y nuestra experiencia viajando por libre entre Kokand, Margilan, Ferganá y Rishtan.
¿Qué voy a encontrar en este artículo?
- Qué es el Valle de Ferganá y por qué visitarlo
- Qué ver en el Valle de Ferganá
- 1. Kokand, la antigua capital del valle
- 2. Margilan, el corazón de la seda
- 3. Ferganá ciudad
- 4. Rishtan, el pueblo de los ceramistas
- 5. Shahimardan
- 6. Lago Kurbankul
- Planea tu viaje al Valle de Ferganá
- Consejos para visitar el Valle de Ferganá
- Preguntas Frecuentes sobre el Valle de Ferganá
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Qué es el Valle de Ferganá y por qué visitarlo
El Valle de Ferganá (o Fergana Valley) se encuentra en el este de Uzbekistán, muy cerca de la frontera con Kirguistán. Es una amplia llanura rodeada de montañas, atravesada por el río Syr Daria, y una de las regiones más fértiles del país.
Durante siglos, fue un punto clave de la Ruta de la Seda, donde las caravanas cargadas de seda, cerámica y especias conectaban China con Persia y el Mediterráneo. Hoy, esa historia se percibe todavía en sus talleres, mercados y ciudades con aire antiguo.
No es el lugar más monumental ni un clásico en una Ruta por Uzbekistán, y quizás por eso mismo es uno de los más auténticos. Aquí las sonrisas son más naturales, los bazares están llenos de vida local y las conversaciones con la gente surgen sin esfuerzo.
Nosotros llegamos sin grandes expectativas, y terminamos pasando un finde semana precioso recorriendo Kokand, Margilan, Ferganá y Rishtan. Coincidimos además con un festival de artesanías en Kokand, donde artesanos de todo el país mostraban sus tejidos, cerámicas y bordados.
En el Valle de Ferganá, lo que más recordamos no son los monumentos (aunque los hay), sino las personas: el señor que nos invitó a té en su taller de seda, la vendedora que se rió de nuestro intento de regatear, o el taxista que nos hablaba de todos los jugadores de fútbol argentinos.
Si quieres saber cómo llegar y moverte por el valle, salta a la sección final
Datos prácticos del Valle de Ferganá
- Ubicación: este de Uzbekistán, región de Ferganá, fronteriza con Kirguistán.
- Ciudades principales: Kokand, Margilan, Ferganá y Rishtan.
- Distancia desde Tashkent: aprox. 320 km (unas 4 a 5 horas en tren).
- Mejor época para viajar: abril a junio y septiembre a octubre.
- Duración recomendada: 2 días completos para recorrer las ciudades principales sin prisa.
Qué ver en el Valle de Ferganá
Es una región donde la vida cotidiana sigue su ritmo, los mercados son locales de verdad y los talleres familiares mantienen oficios que en otros lugares ya se perdieron. Te contamos a continuación las mejores cosas que ver y hacer en el Valle de Ferganá.
1. Kokand, la antigua capital del valle
Kokand fue, durante el siglo XIX, una de las ciudades más importantes de Asia Central. Aquí nació el Khanato de Kokand, un reino que llegó a dominar gran parte del actual Uzbekistán, Tayikistán y Kirguistán. Su ubicación estratégica, en pleno Valle de Ferganá, la convirtió en un punto clave para el comercio de la Ruta de la Seda.
Durante esa época, Kokand rivalizaba con Bujará y Jiva en poder y riqueza. De aquellos años de esplendor aún quedan restos visibles: madrasas, mezquitas y palacios decorados con mosaicos turquesa.
Nosotros llegamos desde Tashkent en tren, hicimos un trayecto de unas 4 horas y fue el primer contacto con el valle. A continuación te contamos Qué ver en Kokand
Palacio del Khan Khudayar
El gran símbolo de Kokand. Construido entre 1860 y 1870, fue la residencia del último khan de la ciudad, Khudayar Khan, y uno de los palacios más majestuosos que se levantaron en Asia Central durante el siglo XIX.
De las más de cien habitaciones originales, hoy se conservan solo unas pocas, pero su fachada sigue siendo impresionante: un muro cubierto de azulejos azules, verdes y blancos con intrincados patrones geométricos que brillan con la luz del sol.
Dentro, algunas salas funcionan como museo y exhiben fotografías antiguas, vestimentas y objetos de la época.
Cuando lo visitamos, el palacio estaba en proceso de restauración, así que no pudimos disfrutarlo en su máximo esplendor, pero aún así valió la pena la visita.
Nos pareció un poco caro para lo que se puede ver actualmente, aunque si te interesa la historia del valle, sigue siendo una parada interesante para entender la magnitud que tuvo el antiguo Khanato de Kokand.
Mezquita Juma
No muy lejos del palacio se encuentra esta mezquita. Tiene una galería de más de 100 columnas de madera tallada, todas diferentes entre sí, y un minarete de ladrillo que se recorta sobre el cielo del valle.
Cuando fuimos, no había nadie, el lugar estaba completamente en silencio, y el sol filtrándose entre las columnas creaba una luz mágica.
De todas las mezquitas que visitamos en Uzbekistán, esta fue una de nuestras favoritas —nos gustó incluso más que la de Jiva, por su tranquilidad y autenticidad.
Modari Khan Mausoleum
El Modari Khan Mausoleum (también conocido como Modarikhon) es uno de los monumentos más antiguos y respetados de Kokand. Su nombre significa literalmente “madre del khan”, y fue construido a mediados del siglo XIX por orden del propio Khudayar Khan en honor a su madre.
El complejo está formado por una pequeña mezquita, un minarete y un mausoleo cubierto por una cúpula turquesa, decorada con motivos geométricos. Aunque no es tan monumental como los de Samarcanda o Bujará, tiene un encanto especial.
Está rodeado de jardines y cipreses, y suele haber locales rezando o descansando a la sombra.
Desde aquí continuamos hacia Margilan en un tren de una hora para conocer en detalle el proceso de la seda. Aunque también puedes hacer una excursión organizada donde tendrás todos los traslados resueltos
2. Margilan, el corazón de la seda
Margilan es sinónimo de seda, tradición y trabajo artesanal. Es una de las ciudades más antiguas del valle y sigue siendo el centro de producción de los famosos ikats uzbekos, esos tejidos coloridos que verás por todo el país.
Puedes alojarte en Margilan, pero otra alternativa es alojarse en Ferganá ciudad. Está a unos 15 minutos en coche y ofrece muchas más opciones de alojamiento, restaurantes y transporte.
Fábricas de seda: Yodgorlik y Gold Silk Factory
La más conocida es la Yodgorlik Silk Factory, donde se puede ver el proceso artesanal completo: desde los capullos del gusano hasta el teñido y el tejido en telar. Es interesante y muy visual, aunque suele estar más llena de grupos turísticos.
Ten en cuenta que los domingos no realizan visitas.
Nosotros también visitamos la Gold Silk Factory y, sinceramente, nos gustó más. El personal fue mucho más amable, hablaban mejor inglés y nos explicaron cada etapa con paciencia. Además, los precios de las telas eran muy similares y el ambiente más auténtico, sin sensación de “visita organizada”.
Ambas se pueden recorrer con guía local y es posible comprar directamente pañuelos, cojines, manteles o rollos de tela.
El gran bazar de Margilan
El bazar central de Margilan es una experiencia en sí misma. Se celebra los jueves y domingos y es enorme: un laberinto de puestos donde se vende absolutamente de todo.
Hay frutas, verduras, pan recién horneado, ropa, animales, utensilios de cocina y, por supuesto, seda. Lo mejor es caminar sin rumbo, dejarse llevar por los colores y los aromas, y observar cómo se desarrolla la vida local.
Fue uno de los lugares donde más sentimos ese Uzbekistán cotidiano y real, lejos de las rutas turísticas.
3. Ferganá ciudad
La capital regional es moderna, limpia y ordenada, aunque no tiene grandes atractivos turísticos. Aún así, puedes probar la comida local, pasear por el parque Al-Fergani y visitar alguno de sus cafés o mercados.
4. Rishtan, el pueblo de los ceramistas
Rishtan es sinónimo de cerámica. Aquí, casi cada casa tiene su propio horno o taller familiar, y los visitantes son siempre bienvenidos.
El arte de la cerámica de Rishtan tiene siglos de historia y es famoso por sus tonos azul turquesa, verdes y por el uso del “ishkor”, un esmalte natural que da a las piezas su brillo característico.
Mingboshi Ceramic
En Rishtan, casi cada casa tiene su propio horno, pero Mingboshi Ceramic es uno de los talleres más agradables para visitar.
El ambiente es tranquilo, los artesanos son súper amables y siempre te reciben con una sonrisa. Te explican el proceso, puedes ver cómo modelan y pintan las piezas, e incluso decorar tu propia cerámica si te animas.
5. Shahimardan
Este pequeño exclave uzbeko rodeado de tierras kirguisas se encuentra a unos 55 km de Ferganá ciudad (alrededor de una hora en coche). No hay transporte público directo, pero puedes llegar en taxi o contratar un coche privado desde Ferganá o Margilan. Está totalmente fuera de los circuitos tradicionales.
No lo visitamos, pero después vimos fotos y vídeos y nos pareció un lugar súper curioso y diferente.
Apodado la “Suiza de Uzbekistán”, Shahimardan es un enclave montañoso rodeado de naturaleza exuberante, ríos cristalinos y aldeas donde el tiempo parece haberse detenido.
Es muy popular entre los uzbekos, sobre todo en verano, cuando muchos viajan hasta aquí para disfrutar del clima fresco, hacer senderismo o relajarse junto al río.
Destaca el Mausoleo de Hazrat Ali, un lugar sagrado de peregrinación, envuelto en leyendas y con una atmósfera espiritual muy especial.
El alojamiento más conocido es el Dugoba Resort, un complejo entre montañas con cabañas, piscina y vistas de postal.
Si decides incluirlo en tu ruta, infórmate antes sobre las condiciones de entrada, ya que al ser un enclave rodeado por Kirguistán, las normas pueden variar según la época del año.
6. Lago Kurbankul
A solo 7 km de Shahimardan, el Lago Kurbankul (también conocido como Blue Lake) es uno de los rincones más mágicos y poco visitados del Valle de Ferganá.
Rodeado de montañas y naturaleza virgen, este pequeño lago de aguas azules intenso se encuentra a más de 1.700 metros de altura, en la zona de los montes Alay.
Según la leyenda local, visitar Kurbankul siete veces equivalía a realizar el Hajj (la peregrinación a La Meca), por eso sigue siendo un lugar de devoción y espiritualidad para muchos uzbekos.
El entorno es completamente natural, sin instalaciones turísticas ni señalización. El lago se formó hace siglos por un deslizamiento de rocas que bloqueó el curso del río, creando una presa natural.
El agua, fría todo el año (rara vez supera los 10 °C), refleja el cielo y las montañas creando un paisaje de postal.
Desde Shahimardan se puede acceder en coche o caminando (unas 2 h de sendero). No hay transporte público, y la carretera puede estar en mal estado, sobre todo tras lluvias.
Si decides visitarlo, lleva calzado firme, algo de abrigo y suficiente agua, y respeta el entorno, ya que es considerado un lugar sagrado por la comunidad local.
Planea tu viaje al Valle de Ferganá
Mapa del Valle de Ferganá
Cómo llegar al Valle de Ferganá
Llegar al Valle de Ferganá es más fácil de lo que parece, aunque hay que tener en cuenta algunos detalles importantes, sobre todo si piensas moverte por libre.
En tren
El tren es la forma más económica de llegar al valle. Salen trenes diarios desde Tashkent con destino a Kokand, Margilan y Andiján.
El trayecto dura entre 4 y 5 horas, dependiendo del tipo de tren. Los trenes rápidos (como el Sharq Express o el Afrosiyob, cuando hay servicio) ofrecen asientos cómodos, aire acondicionado y vistas muy pintorescas del Paso de Kamchik, el punto que conecta el valle con el resto del país.
- Margilan es la parada más práctica si quieres explorar el valle por tu cuenta. Desde allí estás a solo 15 minutos de Ferganá y a 40 de Rishtan.
- Kokand también tiene estación y suele ser la primera parada dentro del valle (ideal si planeas hacer la ruta oeste-este).
- Andiján es el último punto del recorrido y la ciudad más oriental del valle, ya casi en la frontera con Kirguistán. Pocos viajeros llegan hasta allí, salvo que crucen hacia Osh (Kirguistán).
En este artículo te contamos todo sobre Cómo viajar en tren por Uzbekistán: precios y reserva online
En coche o taxi compartido
Si prefieres flexibilidad o los horarios de tren no encajan, puedes ir por carretera.
El trayecto desde Tashkent hasta Ferganá o Margilan toma entre 5 y 6 horas, atravesando el Paso de Kamchik, un espectacular tramo de montaña con túneles y curvas pronunciadas.
El paisaje es precioso, pero la conducción es algo intensa y los controles policiales son frecuentes, por lo que no recomendamos hacerlo en coche de alquiler si no estás acostumbrado a manejar en Asia Central.
Lo mejor es contratar un conductor local o tomar un taxi compartido (desde la estación de taxis en Tashkent Este). El precio ronda los 120.000 a 150.000 UZS por persona, dependiendo del destino y la demanda.
Tour organizado (opción sin complicaciones)
Si prefieres no preocuparte por los traslados ni los horarios, puedes sumarte a un tour de 2 días al Valle de Ferganá desde Tashkent, que incluye transporte, alojamiento, visitas a talleres de seda y cerámica, y guía en inglés. Esta opción es un poco más costosa, pero tiene guía en español.
Es una excelente opción si dispones de poco tiempo o viajas solo y quieres conocer la parte más artesanal del país de forma cómoda.
¿Dónde alojarse en el Valle de Fargana?
Kokand
Margilan/Ferganá
Consejos para visitar el Valle de Ferganá
- Si viajas en tren desde Tashkent, reserva con antelación, ya que se agotan con facilidad.
- En el valle se habla principalmente uzbeko y ruso. En pueblos pequeños casi nadie entiende inglés, así que lleva descargado Google Translate (modo offline) y mucha paciencia.
- La región es más conservadora que otras partes de Uzbekistán. Evita la ropa demasiado corta o ajustada, especialmente en bazares y mezquitas.
- En los bazares, lleva efectivo (UZS): no todos los puestos aceptan tarjeta y los cajeros no abundan fuera de las ciudades.
- Internet: te recomendamos la eSIM de Holafly. Funciona muy bien en el valle y con el código ESPARTEDELVIAJE obtienes 5% de descuento.
- No viajes sin seguro médico. Nosotros usamos y recomendamos Heymondo Seguros.
- La mejor época para visitar es entre abril y junio, o de septiembre a octubre. El clima es agradable y los campos están en su máximo esplendor.
Preguntas Frecuentes sobre el Valle de Ferganá
¿Cómo llegar al Valle de Ferganá desde Tashkent?
La forma más cómoda es en tren desde Tashkent. El trayecto dura entre 4 y 6 horas según el tipo de tren. También puedes contratar un coche privado o conductor local si planeas visitar varios pueblos en el valle.
¿Cuántos días se necesitan para visitar el Valle de Ferganá?
Lo ideal es dedicarle 2 o 3 días. Así podrás conocer las ciudades principales como Margilán, Rishtan y Kokand sin apuro, visitar talleres de seda y cerámica y disfrutar del ambiente local en los bazares.
¿Es seguro viajar al Valle de Ferganá?
Sí, el Valle de Ferganá es una zona segura y hospitalaria. Como en el resto de Uzbekistán, la gente es muy amable con los viajeros. Solo conviene mantener las precauciones habituales: no mostrar objetos de valor y evitar moverse solo de noche por zonas rurales.
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Desde 2017, Ursu viaja con su portátil bajo el brazo y la curiosidad intacta. Más de 70 países después, sigue creyendo que los viajes son la mejor manera de aprender.
En espartedelviaje.com combina consejos prácticos con fotografías curadas que transmiten la belleza de cada lugar.
Su trabajo apareció en La Nación y El País, pero lo que más la emociona es cuando alguien le escribe diciendo:
“tu guía me salvó el viaje”.





